Friday, April 12, 2013

Puertas cerradas

Yo tenía una ilusión. Una ilusión que no sé verbalizar, pero en la que decidí involucrarme al 1000%. Un año antes había analizado, recogido y valorado en la sombra muchos aspectos susceptibles de mejora. y cuando digo susceptibles de mejora lo digo desde un punto de vista objetivo.
Cuando ya no hubo marcha atrás decidí dar todo de mi, todas mis fuerzas, tiempo y ganas. Pensé, ilusa, que el colegio en el que trabajaba sería un lugar al que los maestros quisiesen ir, pero olvidé que había un gran grupo que aún a día de hoy no se dio cuenta de que su profesión es esa, la de maestro.
Un proyecto que se antojaba complicada ya de por sí, resultó ser una esponja que absorvió casi si no lo hubiera remediado a tiempo, toda mi sonrisa de por vida.
A día de hoy siento fracaso, aún así no me doy por vencida. Al margen de estos sentimientos volvería a pasar por el mismo calvario, ya que lo que no me mató me hizo más fuerte.

Después de algunos años como maestra y uno como jefa de estudios, después de ser coordinadora de varios grupos, de haber sobrepasado con creces el mínimo de cursos de formación que te exigen para cobrar los sexenios, me nombraron directora.
Yo ingenuamente supuse que un maestro quiere trabajar; que un maestro que cobra por ese trabajo quiere ganarse el sueldo, que un maestro que trabaja y cobra por ganarse el sueldo quiere dar todo de sí mismo, al menos en lo que durara la jornada escolar... Ignoré el gran consejo que una profesora a punto de jubilarse me dio justo después del nombramiento: "con estos bueyes tendrás que arar". No aré bien, me arrollaron.

Cuando un compañero, cuando un maestro prefiere tomar un café antes de ir a clase, charlar en el pasillo mientras los alumnos/as lo esperan, avisar a otro de que rebaje su constante actividad para no quedar el resto en evidencia; cuando esto ocurre, pasar cada día por la sala de profesores, aunque no lo parezca, no es agradable.
Durante dos años mi sonrisa dentro del centro fue constante, mi vida fuera era una nube negra lloviendo a chuzos. Después de esos dos años se consiguió algo? Algunos me dicen que sí, materialmente se puede apreciar que sí, pero no hubo un solo día en que fuésemos un centro educativo preocupado en ayudar a la sociedad, no en conjunto. El equipo anterior no lo consiguió, el equipo posterior tampoco; la inspección? perdón, quién?

Aún así, gracias a compañeros como Miguel Ángel Santos Guerra y sus palabras, quiero volver a tropezar en la misma piedra, porque pienso que los MAESTROS no podemos permitirnos el lujo de perder la ilusión.


Thursday, November 15, 2012

La enseñanza de las lenguas extranjeras en las escuelas públicas españolas y lo que las sociedades globalizadas solicitan.

El caso es que ahora mismo estoy en Nueva York, buscando un futuro en algunas universidades de aquí con el objetivo de estudiar un máster o doctorado sobre bilingüismo en el sistema educativo y releyendo algunas notas recordé una conversacion acerca del acento, que tuvimos en una ocasión en el aula del Doctor J.M.A. Vez JeremíasLanguage Learning and Linguistics mientras estudiaba magisterio por la especialidad de lenguas extranjeras en la USC.
Según el método de inmersión de una L2 que trata de incluir no sólo el concepto lingüístico pero también el cultural/social; yo consideraba que el acento es uno de esos aspectos no ya sólo culturales sino sociales y/o territoriales que definen una lengua y que por lo tanto se le debería dar importancia en la enseñanza de una segunda lengua
 
Comentádole estas ideas al Dr. Vez Jeremías me explicó que en su opinión el caso del inglés no es transferible a otras segundas o terceras lenguas ya que se ha convertido en una lengua franca global a nivel universal lo que le sitúa en un estatus diferente.
"Si ha llegado a esta posición es porque el mundo globalizado, en lo económico y lo cultural muy especialmente, ha decidido de la mano de los grandes mercados adoptar un medio instrumental de comunicación. Eso es el "Globish": un vehículo de mera comunicación "franca", ara transacciones con otros que no tienen la misma lengua común. Esos "otros" son la población entera del planeta, lo que implica que el "acento social", como marca de identificación cultural de hablantes nativos de diferentes estándares posee ahora un valor muy relativo y que resulta solo pertinente para tales nativos. La gente se comunica inglés sin reparar en la adopción de un acento social que le haga semejante a un determinado nativo (británico, americano, australiano, etc.) como sucedía antaño.
Un alemán habla en inglés con su acento alemán, igual que un asiático con su acento oriental, un latino con el suyo, etc. El "acento social" no tiene por qué ser un impedimento para la comunicación ya que son otros factores fonéticos y fonológicos los que sí la pueden llegar a dificultar, pero no el acento social. Nos encontramos en el medio "franco" usando un instrumento de comunicación que nos permite no abandonar nuestra "marca" de identificación de origen: nuestro acento social, al igual que nuestra forma de gesticular, nuestra forma de vestir, de..."

En la escuela pública española se enseña una segunda o tercera lengua a través de la "cultura estándar" de ese idioma con el objetivo de ser usada en situaciones comunicativas; la pregunta que imperiosamente acompaña a esta afirmación es: la cultura estándar del idioma? En un principio se centraba en la cultura británica y/o norteamericana; hoy por hoy se va incluyendo la irlandesa, escocesa, australiana... aunque el acento no se asume como importante.
Aunque se asuma que se ha avanzado en este sentido, cuál es la cultura australiana? cuál la irlandesa? los prototipos foráneos de esas culturas entiendo.
Es correcto este punto de vista didáctico del idioma? Considero que será cuando nos dejemos de centrar tanto en las culturas y más en las necesidades sociales cuando la enseñanza de una L2 sea real, y no sólo la enseñanza de un futuro bilingüismo meramente funcional, que al fin y al cabo ya es bastante.